Nico Vargas: conquistando el westside

No se acuerda la primera vez que se metió a surfear, pues Nicolás tenía apenas dos años cuando lo pusieron arriba de una tabla. Su primer recuerdo es a los cinco años, en los veranos cuando el calor le permitía surfear. De los inviernos ni hablar, tan fríos y sin traje era imposible, en Pichilemu, su ciudad natal los inviernos son fríos. A los 10 años empezó a meterse todo el año, pero no muy motivado, ya que se sentía presionado. A los 15 se motivó y desde ahí no hay quien lo pare.

Su papá siempre fue su principal motor, junto a su mamá y el resto de su familia lo han apoyado desde que tomó la decisión de dedicarse profesionalmente al surf. ¿Vivir sin playa? Imposible, el mar es parte de su alma, sin él siente que le falta algo. Nacer en la “capital” del surf chileno fue, sin duda, clave a la hora del desarrollo de su carrera, a lo que él mismo agrega que: “En Pichilemu se encuentra unas de las mejores olas de Chile y es una de las playas más conocidas a nivel mundial, van muchos surfistas conocidos mundialmente y hay muchos buenos surfistas de generaciones anteriores a la mía. Eso me motivó demasiado, porque cuando comencé a surfear tenía grandes amigos que eran muy influyentes, así yo pude progresar más rápido”.

Su vida escolar fue completamente normal, de pre kinder a cuarto medio fue a un colegio normal y sólo faltaba cuando habían viajes por campeonatos. Nunca dejó nada de lado, ni amigos ni fiestas y mucho menos otros deportes. Pero, Nicolás considera que si bien fue importante para su desarrollo personal no perderse etapas de la vida, si le hubiera hecho caso a sus padres y se hubiera enfocado más en su carrera hoy estaría aún más lejos de lo que está. Ve el futuro del surf con muy buenos ojos, cree que vamos por un buen camino pero que falta apoyo tanto de marcas como por parte del Gobierno. Sus logros son varios: ha sido dos veces campeón nacional junior, dos veces subcampeón nacional open, sub campeón en circuitos latinoamericano, campeón de varias fechas del circuito nacional, pero dice que todavía no ha alcanzado lo que está buscando. Estos reconocimientos no han sido gratis, mucho se debe a su disciplina y empeño. ¿El objetivo? Seguir entrenando, seguir subiendo de nivel, para  llegar a entrar a los top 100 del mundo y seguir surfeando para toda la vida. En Kauken conversamos con él y esto fue lo que nos contó:

–¿Qué sientes cuando te enfrentas a la grandeza del mar, de las olas? ¿Qué es lo que sientes cuando estás en un tubo o en una ola gigante?

–Le tengo mucho respeto al mar, aunque lo conozco demasiado bien, sé cómo funciona, sólo con mirar puedo darme cuanta de muchas cosas que gente normal no notaría, pero el mar es la naturaleza y si él te quiere hacer desaparecer lo va hacer en un segundo. Estar en un tubo es algo que no se puede explicar, se siente todo como en cámara lenta, no puedes escuchar nada, sólo sentir la velocidad de tu tabla para aguantar los más posible y salir. Una ola grande, la verdad que he tenido pocas sesiones así, pero lo único que quieres es agarrar las más grande para sentir esa bajada infinita y que no te caiga atrás para poder terminarla bien.

–¿Cuál es tu lugar favorito para surfear?

–Mi lugar favorito es al frente de mi casa La Puntilla, es la ola que he surfeado más veces en mi vida y de todas las condiciones, me la sé de memoria y me ha entregado sesiones increíbles y las mejores sensaciones de mi vida, ahí fue donde aprendí a surfear y donde hoy todavía desarrollo mi carrera.

 

–Eres de los pocos surfistas que hacen de su sueño, su trabajo y en ese sentido has sido partícipe de un cambio de época en cuanto a cómo se ve el surf en Chile,  ¿Qué se siente ser parte de este cambio?, ¿Qué significa para ti estar cambiando la mirada del surf en Chile?

–Soy súper feliz con lo que estoy haciendo y creo que la vida siempre te entrega oportunidades, la mía fue el surf. Cuando salí del colegio ya era surfista profesional, di la PSU, como todos mis amigos y compañeros y tuve un buen puntaje para entrar estudiar kinesiología, lo hablé con mi auspiciadores "Maui And Sons" y les conté que iba a estudiar y que ya no quería que me auspiciaran más, pero ellos me dijeron que no les importaba eso y que representará a la marca. Después de eso, seguía estudiando, fui a un mundial junior ese año, quede 29 de 120 competidores, nosotros íbamos solos, nos pagamos todo, sin entrenadores como eran los otros equipo y la verdad es que siento que pude haber dado más. Nosotros íbamos a surfear más que nada, no íbamos por medallas, después de eso volví a la universidad y me di cuenta que los profesores no apoyaban nada a los deportes fuera de lo común, decidí salirme y Maui And Sons me ofreció mejor contrato para seguir el tour mundial y aquí estoy ahora. Para mi estar cambiando el futuro de las nuevas generaciones de Chile es increíble. Cada cosa que hago o aporte me siento demasiado bien.

–¿Por qué no estamos al nivel de los australianos o estadounidenses, en qué estamos fallando? Si tenemos todas las condiciones naturales…..

–La verdad es que muchas veces cuando tenemos heat contra Estadounidenses o australiano, son parejos, a veces nos ganan o a veces le ganamos nosotros. Pero ellos llevan muchísimos más años que nosotros surfeando, a nosotros nos faltan un par de generaciones más, que el Gobierno y las marcas apoyen más para que hagan más campeonatos y así nos acostumbremos a un ritmo de competencia.

–Ahora estás en Estados Unidos, ¿cómo llegaste ahí?

–Era una opción hacer rato, quería conocer acá y se dio la oportunidad de que se iban a hacer cuatro eventos continuos y me vine con un grupo de amigos chilenos y latinos.

–¿Cómo te fue?¿Qué pudiste observar de los otros surfistas internacionales? ¿Qué los hace mejores a ellos que a los chilenos? ¿Son más desarrollados? ¿El nivel es más alto? ¿Ven el surf con mayor seriedad? ¿El entrenamiento es distinto? ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?

–No me ha ido mal, bien pero siempre uno puede dar más. Las condiciones en este lado de EE.UU no me han tocado espectaculares, creo que cuando está así en Chile ni me meto al agua (risas), muy malo! Ahora me doy cuenta que hay que entrenar olas malas, ya que casi todos los campeonatos son con olas malas. El nivel está por ahí todo es posible sólo que ellos están mucho más acostumbrado al ritmo de competencia.

 

–¿El recorrido cómo es?

Virginia beach, Outer Banks, Belmar, New York, Santa Cruz, San Diego, Los Ángeles.

–¿Qué aprendiste de este viaje?

Aprendí más inglés, aprendí un poco más de competencia, conocí nueva gente y cultura, me parece una buena experiencia.

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